Adaptación a las consecuencias del cambio climático
A diferencia de la protección del clima, cuyo objetivo es reducir gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano, la adaptación climática consiste en hacer frente a las consecuencias del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. El objetivo de la adaptación climática es reducir los riesgos, evitar daños y adaptarse a los cambios previstos causados por el cambio climático.
Entre los ámbitos de actuación figuran, por ejemplo, hacer frente a tormentas y lluvias torrenciales para prevenir o minimizar inundaciones y otros riesgos. Esto incluye también el tema de la prevención del calor. Además, las ciudades y los municipios pueden responder al cambio climático adaptando su planificación urbana y de edificios.
La protección del clima y la adaptación al mismo son igualmente importantes para un municipio orientado al futuro y habitable. Por ello, en la ciudad de peregrinación de Kevelaer se tienen en cuenta ambos campos de actuación y se aprovechan las sinergias entre ellos.